Iria Flavia nació en Asturias donde empezó a bailar a los 3 años y no dejó de hacerlo hasta que se graduó a los 17. Por entonces, ya sabía lo que le gustaba: subirse a un escenario, transformarse y ser foco de las cámaras, del público, ahí descubrió la serotonina. Se mudó a Madrid para estudiar Publicidad y RRPP, ser profesora de Formación Profesional y empezar su formación en Interpretación. Aunque son muchas las cosas que le gustan, ser actriz es lo único que realmente la hace palpitar.